La paleta cromática de Balenciaga esta repleta de colores candy -azules pastel, turquesas, naranjas y amarillos ácidos que no dejan a nadie indiferente.Así, tal y como hizo en su pasada colección de verano, el diseñador francés utiliza paneles de color creando una estética sci-fi que gira entorno al gusto interiorista de los años setenta y un collage naïf de piezas que se basan en el juego del Lego para niños.
En esta coleccion deslumbran las minifaldas tubo,los detalles tejidos, los cardigans con dibujos en forma de prisma,las chaquetas -armadas y acolchadas- que sorprenden junto a tops paperwork que imitan los anuncios de neón del barrio de Shibuya en Tokio. Ni hablar de los mocasines con aire high tech...
Detalles ,basados en la geometría y los constrastes...
"Buscaba un look con un cierto toque doméstico, casual y clásico al mismo tiempo. También me interesaba aportar rigidez a las prendas".
Nicolas Ghesquière
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